Publié par : lettresdemontreal | 3 septembre 2009

Primeros pasos de… más de lo mismo

RUBEN_MARTINEZ_VILLENA

Es innegable que el corresponsal de la BBC en La Habana es un buen periodista, Fernando Ravsberg ha hecho en Cuba el tipo de periodismo del que la misma isla carece vergonzosamente. Sus artículos son equilibrados, muy cercanos a la objetividad ejemplar (algo que en “aguas cubanas” es pez rarísimo y de aguas lejanas), su casi “sentimentalidad” hacia el tema cubano, le hace como ningún otro, el corresponsal extranjero que quizás mejor haya comprendido la esencia nacional del país en que trabaja, y por ende un factor de influencia entre gobernantes y gobernados, un “embajador” extraoficial de aquellos que quieren favorecer un mejor destino para los cubanos.

Hasta aquí el elogio, ahora viene la crítica. En su último post en el blog que sobre Cuba sostiene en el sitio de BBC mundo, Ravsberg analiza la reciente aparición de artículos críticos (a la “cubana” o sea y por este espacio de tiempo en que vivimos: a la castrista) sobre la realidad nacional, Juventud Rebelde, el Granma!!!, y mas aún el Noticiero de la TV, han sacado sendos reportajes, que como el mismo señala y lo parafraseo: la paradoja es que la aparición de “malas noticias” es la buena nueva.

Ravsberg se reconoce entre los optimistas ante este “fenómeno”, “de los que creen que un largo camino se inicia con el primer paso, si éste se da en la dirección correcta” se nota la influencia del rudo lenguaje oficial cubano, o quizás sea un guiño del periodista, algo así como: “denle, háganlo de verdad esta vez, sean coherentes”.

En todo caso, lo que no dice o no puede decir Ravsberg es que estos “amagos” de liberalidad ya se dieron en el pasado y resultaron siempre ser “pita que se lanza, para que muerdan los ingenuos”. Los ejemplos son tan numerosos que tan solo vale destacar el último: la convocatoria del 2007 a plantear los problemas por parte de la población en reuniones de circunscripción, para preparar un congreso del partido, ese que ni se celebra, ni se va a celebrar. Planteamientos que hasta el día de hoy se guardan en la última gaveta de ese castrismo de senectud y cancaneo, pero rigidez e intransigencia como las del primer día.

Una sociedad no se liberaliza desde arriba Ravsberg, como no se hacen revoluciones desde las poltronas del poder. Desde esas poltronas se diseñan y se ordenan la ejecución de políticas represivas, disuasivas, manipuladoras, todo con el único y “lógico” objetivo de mantener vigente ese poder, a eso se le llama “razón de estado” y para los que no somos ingenuos, es la personalísima “razón” de los que detentan en un puño los destinos de 11 millones de cubanos desde hace 50 años.

Para la renovación de la nación cubana hace falta una carga, una como aquella que pedía Ruben Martinez Villena, la de matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones, para vengar los muertos que padecen ultraje, para limpiar la costra tenaz del coloniaje.

Las cargas de este siglo XXI no tienen que ser necesariamente como las del XX, en algo debemos diferenciarnos, la violencia ha sido endémica en la historia nacional, el civismo y la conciencia popular son los que más han sufrido con esa cruz. Esta carga del siglo XXI deberá ser de civismo y de exigencia de los millones que dentro y fuera de Cuba queremos, exigimos y seguiremos luchando, cada cual a nuestra manera y con nuestras fuerzas, por el CAMBIO, ese que lleve a nuestra sociedad y nación a un futuro de democracia y de participación ciudadana soberana, en los destinos del país, de una vez y para siempre.


Réponses

  1. ¡Y de ingenuos el mundo está lleno, desgraciadamente!

  2. Yo creo que no lo puede decir.
    Nadie en Cuba con algun nivel de compromiso (y ser corresponsal de la prensa, aun la extranjera lo tiene) puede. Si dice una sola palabra de más lo ponen en el avión.
    Muy bueno tu analisis.
    Saludos,
    Al Godar


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