De Pánfilo y otras « peccata minuta »

Pánfilo da pena, no porque sea borracho y parlanchín, su beodez es lucida como la de pocos y su grito es el grito mudo de millones de isleños. Da pena Pánfilo porque es el producto de una sociedad que se permite tener un gobierno capaz de castigar a los más indefensos miembros de esa sociedad, en aras de mantener un viso de estabilidad, de credibilidad, una apariencia de calma y de “solidez”.

El gobierno de Raúl Castro no sólo es gerontocrático y nada carismático, es también o sobretodo una suma de miserias humanas como pocas en la historia cubana y de la humanidad. Comenzó mintiéndole al pueblo, incitándolo a descargar sus agravios y a proponer sus soluciones, para ni mencionarlas luego en una prensa amordazada que le sirve cual perro faldero, ni a tomar una sola de esas propuestas en serio y aplicarlas.

Siguió con un continuismo fidelista que le ubica entre los menos originales y mas instrumentalizados presidentes de la historia nacional. Para colmo, parece querer destacarse como un represor en regla. Estamos inmersos en una crisis mundial claro esta y ante esa “fuerza mayor” todo el que asome la cabeza será “pelao al moñito”, parece decirnos con su chinesca mueca-sonrisa.

Si hubo un tiempo en que Cuba era por lo menos un caso de estudio y siquiera su política externa salvaba un poco al gobierno de sus continuos descalabros internos, desde el 2006 en que el viejo tirano paso a retiro forzado y el hermanito tomo el relevo, la cacareada “imagen-Cuba” esa de la que tanto se ocupa el MINREX de “levantar” en el mundo, no cesa de caer, de hacerse aburrida, antipática y hasta marginal, poco menos que lumpen-fidelista.

Es difícil enfrentar una enfermedad con el sistema inmunitario muy debilitado, ¡que le pregunten a los niños de Somalia o de Darfur!. Esta crisis mundial, de la que parece ser que aquellos “imperialistas” “condenados” por Castro y otros manipuladores a desaparecer en breve plazo, no han desaparecido, por el contrario esos mismos, ya van saliendo poco a poco de la crisis y sus economías, lógicamente bien pertrechadas de reservas, se van reponiendo del bajón.

La cubana sin embargo, sigue hundiéndose, y los cubanos siguen apretando un cinturón que hoy por hoy no ciñe sino huesos y pellejos. Cuantas veces durante 50 años se llamo al pueblo cubano a apretarse el cinturón, a hacer un esfuerzo, un sacrificio mas, otro y otro mas…y hoy nos piden lo mismo, siguen intransigentemente obligando a ese pueblo a perseverar en apoyar una causa que es la de un simple mantenimiento de un clan en el poder, pues no hay estrategia de salida de la crisis, no hay voluntad de negociación, ni con EE.UU. ni con el pueblo cubano dentro o fuera de la isla, no hay la mas minima voluntad de ceder porque la mentalidad que prima detrás de esos septuagenarios y octogenarios es la del capataz de esclavos decimonónico, para el cual esa “masa de negros” es el medio de salir él de la propia ningunez y de ser alguien.

Muy caro nos cuesta en destinos y vidas tronchadas esta enfermiza ambición de poder de los Castros. Muy caro es el precio de hacer de un país que siempre fue puente, un callejón sin salida.

Deberían recordar que en los callejones sin salida se fomentan los peores crímenes de las urbes y las sociedades, y que no se le pueden pedir flores a un basurero. Responsables son y serán del destino de 11+3 millones. Responsables ante la historia que no les dará absolución alguna.